domingo, 1 de agosto de 2010

Camino al Cerro Tronador

Las cuatro personas que íbamos en auto disfrutábamos de unos mates, música, conversación animada y la certeza de que íbamos a descubrir un sitio único: el Cerro Tronador, lugar que debe su nombre al ruido que producen los desprendimientos de columnas de hielo en los glaciares, muy similar a los truenos.


Antes de llegar a la base del Cerro Tronador hay que hacer algunas paradas obligadas, una de ellas es la panorámica del Lago Mascardi donde puede apreciarse la famosa Isla Corazón. Todo seguía muy bien hasta que una vez instalados de nuevo en el auto este no quiso encender así que agua a la batería y a empujar señores; con nuestra fuerza y la ayuda de unos amables turistas logramos seguir nuestro trayecto.

Una vez superado este pequeño impase llegamos al glacial Ventisquero Negro, llamado así porque el hielo es negro, según me repetían mis compañeros ante mi asombro. En realidad el color oscuro del glacial se debe a los sedimentos propios de la zona.

El trayecto termina con la vista de la imponente cascada del Cerro Tronador, de aquí en adelante no dejan avanzar más (léase prohibido pasar) debido al peligro de avalanchas. Mi amigo Martín y yo decidimos subir un poco más a pesar del enojo de nuestras dos compañeras y contemplar de cerca la imponente cascada del Tronador, un privilegio para los amantes de la naturaleza.

domingo, 18 de julio de 2010

Vistas de Bariloche

Uno de los más gratos recuerdos de mi primer viaje a Bariloche es el ascenso al Cerro Campanario adonde se puede subir rápidamente en Aerosilla o caminar alrededor de 30 minutos; en ambos casos el paisaje es espectacular. La sensación cuando se está en lo más alto es sobrecogedora y propicia para la contemplación, se puede girar 360 grados y ver al mismo tiempo la extensa cantidad de montañas, lagos, bosques, casas y vegetación.
Este lugar está durante todo el año repleto de turistas de todo el mundo que se suman a la multicultural población local de Bariloche donde habita gente de Alemania, Italia, España, Inglaterra, Austria, Rusia, Eslovenia, Dinamarca y Chile. En la cima del cerro existen varias terrazas y balcones desde donde puede apreciarse el paisaje y sacar fotografías. También está el sitio de comidas ó confitería con una gran panorámica; allí se puede descansar, tomar algo y llevarse un bonito recuerdo del Campanario. (ver video Campanario y lago Nahuel Huapi)

domingo, 27 de junio de 2010

La ciudad de los lagos

Por cosas del amor y el destino aterricé en un lugar bastante al sur del continente, hablo de destino porque nunca tuve en mis planes emprender este viaje a un sitio llamado Bariloche que solo identificaba por el nombre pero no por su historia, belleza, y montañas; no conocía sus paisajes y mucho menos que sus bosques inspiraron a Walt Disney para crear la Isla de la Fantasía, según dicen con orgullo sus habitantes.
San Carlos de Bariloche es conocido por ser un centro vacacional de invierno donde se puede esquiar y disfrutar de la nieve sin necesidad de ir a los Alpes suizos o a Aspen, Colorado. Además de tener un Centro internacional de esquí justo al lado de la Cordillera de los Andes (algo impensado para quiénes venimos de una región ecuatorial donde no se dan estaciones) tiene también en el verano una gran afluencia de turistas debido a su belleza en los paisajes y a la posibilidad de explorarlos. Mi viaje fue en otoño.
Lo primero que hice y recomiendo cuando lleguen a Bariloche es dar un paseo por la costanera de la ciudad, donde puede verse en toda su majestuosidad el lago Nahuel Huapi, el más grande de la región cuyo nombre, que significa "isla del yaguar", se debe a la comunicad mapuche que habita en esta parte del continente. Mientras caminas viendo el azul intenso del lago y sacándote las respectivas fotografías para la posteridad puedes ver al otro lado la ciudad con su arquitectura y entorno de naturaleza única.
Hotel Llao Llao
Es difícil decidir qué hacer con tantos lugares para visitar y tantas actividades por hacer. El primer trayecto que emprendimos fue el clásico Circuito Chico, un recorrido lleno de belleza pues apenas empezamos a avanzar en el viejo Fiat 147 que nos transportaba no podía dejar de contemplar los llamados Bungalows o cabañas, utilizadas como alojamiento o moradas de descanso por los turistas; estas bellas construcciones de madera con formas piramidales son algo característico del lugar al igual que sus lagos, hoteles de lujo (especialmente el famoso Llao Llao), montañas de nieves perpetuas y paisajes teñidos por el color dorado propio del otoño.

El recorrido de este primer día de actividad lo terminamos a bordo de una aerosilla que por una tarifa de 25 pesos argentinos (unos 7 dólares) nos llevó rumbo a lo más alto de los 1050 metros de Cerro Campanario donde la vista, amigas y amigos, es de las cosas que no se pueden perder los visitantes, pues desde allí la panorámica es espléndida hacia cualquiera de los cuatro puntos cardinales llenos de cordilleras y lagos sin fin.

Viaje al sur