Relato viajero
Espacio para compartir experiencias, textos, imágenes y videos de mis viajes por el mundo. Bienvenidos!
viernes, 11 de julio de 2025
miércoles, 2 de octubre de 2019
La ciudad del mar
La mayoría hemos soñado con visitar
alguna vez Río de Janeiro: playas, música, alegría y ambiente festivo son ese
imán que atrae la atención de miles de turistas alrededor del mundo a conocer
“a cidade maravilhosa”. Mi turno se presentó después de mediados de año cuando
aún es temporada baja (si acaso existe ese término en una ciudad como Río). Iba
de paso por algunos días así que había que aprovechar el tiempo al máximo.
Tan pronto mi vuelo aterrizó y
llegué al hotel salí adonde todos queremos ir. Sí, a la playa. Cuatro cuadras
me separaban de las famosas y reconocidas arenas de Copacabana que para mi
sorpresa no se encontraban muy concurrida de turistas; la hora ya tardía y el
paso de un evento que estaban desmontando hizo que confluyéramos en el mar solo
unos jóvenes haciendo surf y pequeños grupos repartidos por sus amplias playas.
Luego de mi primer contacto con el mar y las olas llegaron también los primeros
amigos, una pareja que me solicitaba tomarle algunas fotos para sus redes
sociales. Después de hablar y compartir los típicos caipiriñas o caipirinhas quedamos
en recorrer la ciudad al día siguiente visitando los lugares más emblemáticos.
Allá vamos. El Cristo Redentor es
paso casi obligado para la foto de brazos abiertos. Subimos en colectivo
turistas de varios países: India, Bolivia, Argentina y Colombia; luego de
descender del vehículo y hacer el respectivo registro se puede subir en
ascensor o caminando, optamos por la segunda opción y caminamos menos de 10 minutos
por las escaleras que llevan a la cima. Sí amigas y amigos, ahí estaba uno de
los lugares más conocidos y concurridos del planeta, la vista desde este lugar
(Cerro del Corcovado) es impresionante y puede verse la ciudad con sus playas
en pleno esplendor. Después de pasar un tiempo en el sitio, caminar por los
diversos miradores, contemplar la ciudad del mar y ver el Cristo desde todos
los ángulos era la hora del descenso.
El día siguiente continuó la
inolvidable travesía visitando uno de los monumentos naturales más emblemáticos
de Río, Pan de Azúcar o Pão de Açucar, un lugar que ofrece una deslumbrante
panorámica que nadie se debería perder. La vista y la emoción ya se empiezan a
percibir desde que vas en el teleférico en un trayecto corto que te lleva hasta
la cima. Ya el lector se imaginará los adjetivos que describen lo que se
visualiza desde el lugar, el mar siempre presente en Río deja ver toda su belleza
desde allí
Con un amigo brasileño que conocí
en Pan de Azúcar quedamos de encontrarnos en la noche cerca a la playa de Ipanema
para recorrer un poco la ciudad y nada mejor para comenzar que cenando el plato
típico del país, la famosa feijoada (frijolada). Después caminamos un poco
entre la playa y esos lugares alegres que dan vida al lugar evocando las
mágicas noches de Río que quedan para el recuerdo de quien tiene la oportunidad
de estar ahí. Uno de esos sitios fue el mítico bar Garota de Ipanema (nombre de
la canción del compositor Tom Jobin), quien además de la reconocida canción que
da nombre al lugar, compuso la melodía Aguas de Março, elegida como la mejor
canción brasileña de todos los tiempos por periodistas y artistas de ese país.
La premura del tiempo hizo que mi
paso por el Maracaná fuese rápido, dejando para otra ocasión mi presencia en el
clásico Flamengo vs Fluminense (Fla-Flu); de igual manera, un rápido tour incluye
una visita al Sambódromo y a la Catedral de Río de Janeiro. Quedan muchas
calles por recorrer, playas por visitar y lugares por vivir. Para quien quiera
internarse en este lugar la visita a la cidade maravilhosa debe ser larga y
única.
jueves, 13 de marzo de 2014
Paréntesis
Regresé de Bariloche hace tres meses. Había
partido, de nuevo, con la maleta que va siempre llena de esperanzas y
sorpresas.
La espera por el retraso del vuelo con destino a Buenos Aires se hace llevadera
por esa especie de solidaridad que se crea entre los viajeros, compatriotas con
quienes termino intercambiando correos electrónicos y números de teléfono.
Tres y cuarenta. Por fin estoy en Bariloche
después de tres escalas y no sé cuantas horas de vuelo desde Medellín; nuevamente
en el sur, el paisaje me es familiar, las montañas, los lagos, el carácter
tranquilo de la ciudad en invierno. Medito, pienso, oigo las palabras de alguien
que quisiera pasar sus días de retiro en la paz de este lugar.
Vale la pena recorrer miles de kilómetros,
trazar un camino en el mapa detrás de tu huella. Florencia siempre me espera
sin hacer preguntas y yo llego sin dar respuestas. A pesar de ir y venir tantas
veces cada reencuentro es como la primera vez.
Hoy, nuevamente distantes, me siento frente al
escritorio y agarro un papel:
Flore
Te
escribo sin más motivo que sentirme cerca de ti.
Aunque
te vayas y ahora estés lejos siempre
estás aquí, en un rincón dentro de mí. En cada despedida una parte de ti queda,
permanece flotando en el aire, en mis
pensamientos, en el éter.
En
cada encuentro quisiera regalarte una estrella, o el mar, o la luna pero solo
tengo esta corta nota y un corazón tuyo.
Fran
Termino de escribir y alguien me pregunta
-¿Qué haces?
Sonrío y me quedo en silencio.
viernes, 6 de agosto de 2010
domingo, 1 de agosto de 2010
Camino al Cerro Tronador
Las cuatro personas que íbamos en auto disfrutábamos de unos mates, música, conversación animada y la certeza de que íbamos a descubrir un sitio único: el Cerro Tronador, lugar que debe su nombre al ruido que producen los desprendimientos de columnas de hielo en los glaciares, muy similar a los truenos.
Antes de llegar a la base del Cerro Tronador hay que hacer algunas paradas obligadas, una de ellas es la panorámica del Lago Mascardi donde puede apreciarse la famosa Isla Corazón. Todo seguía muy bien hasta que una vez instalados de nuevo en el auto este no quiso encender así que agua a la batería y a empujar señores; con nuestra fuerza y la ayuda de unos amables turistas logramos seguir nuestro trayecto.
Una vez superado este pequeño impase llegamos al glacial Ventisquero Negro, llamado así porque el hielo es negro, según me repetían mis compañeros ante mi asombro. En realidad el color oscuro del glacial se debe a los sedimentos propios de la zona.
El trayecto termina con la vista de la imponente cascada del Cerro Tronador, de aquí en adelante no dejan avanzar más (léase prohibido pasar) debido al peligro de avalanchas. Mi amigo Martín y yo decidimos subir un poco más a pesar del enojo de nuestras dos compañeras y contemplar de cerca la imponente cascada del Tronador, un privilegio para los amantes de la naturaleza.
Antes de llegar a la base del Cerro Tronador hay que hacer algunas paradas obligadas, una de ellas es la panorámica del Lago Mascardi donde puede apreciarse la famosa Isla Corazón. Todo seguía muy bien hasta que una vez instalados de nuevo en el auto este no quiso encender así que agua a la batería y a empujar señores; con nuestra fuerza y la ayuda de unos amables turistas logramos seguir nuestro trayecto.
Una vez superado este pequeño impase llegamos al glacial Ventisquero Negro, llamado así porque el hielo es negro, según me repetían mis compañeros ante mi asombro. En realidad el color oscuro del glacial se debe a los sedimentos propios de la zona.
El trayecto termina con la vista de la imponente cascada del Cerro Tronador, de aquí en adelante no dejan avanzar más (léase prohibido pasar) debido al peligro de avalanchas. Mi amigo Martín y yo decidimos subir un poco más a pesar del enojo de nuestras dos compañeras y contemplar de cerca la imponente cascada del Tronador, un privilegio para los amantes de la naturaleza.
domingo, 18 de julio de 2010
Vistas de Bariloche
Uno de los más gratos recuerdos de mi primer viaje a Bariloche es el ascenso al Cerro Campanario adonde se puede subir rápidamente en Aerosilla o caminar alrededor de 30 minutos; en ambos casos el paisaje es espectacular. La sensación cuando se está en lo más alto es sobrecogedora y propicia para la contemplación, se puede girar 360 grados y ver al mismo tiempo la extensa cantidad de montañas, lagos, bosques, casas y vegetación.
Este lugar está durante todo el año repleto de turistas de todo el mundo que se suman a la multicultural población local de Bariloche donde habita gente de Alemania, Italia, España, Inglaterra, Austria, Rusia, Eslovenia, Dinamarca y Chile. En la cima del cerro existen varias terrazas y balcones desde donde puede apreciarse el paisaje y sacar fotografías. También está el sitio de comidas ó confitería con una gran panorámica; allí se puede descansar, tomar algo y llevarse un bonito recuerdo del Campanario. (ver video Campanario y lago Nahuel Huapi)
Este lugar está durante todo el año repleto de turistas de todo el mundo que se suman a la multicultural población local de Bariloche donde habita gente de Alemania, Italia, España, Inglaterra, Austria, Rusia, Eslovenia, Dinamarca y Chile. En la cima del cerro existen varias terrazas y balcones desde donde puede apreciarse el paisaje y sacar fotografías. También está el sitio de comidas ó confitería con una gran panorámica; allí se puede descansar, tomar algo y llevarse un bonito recuerdo del Campanario. (ver video Campanario y lago Nahuel Huapi)
sábado, 17 de julio de 2010
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